Por décimo año consecutivo, el polideportivo Valleaguado de Coslada se convirtió en el epicentro de la ilusión y la pasión por el baloncesto con la celebración de la Fiesta del Babybasket de la Federación de Baloncesto de Madrid (FBM). En esta edición histórica, más de 1.150 pequeños deportistas, nacidos entre 2017 y 2018, participaron en una jornada inolvidable que volvió a demostrar que el baloncesto tiene un futuro prometedor en la Comunidad de Madrid.
Desde primera hora de la mañana, las diez pistas del recinto -único en la región por su capacidad y versatilidad- se llenaron de risas, carreras, canastas… y sueños. Niños y niñas de más de 100 equipos disfrutaron del deporte sin presión competitiva, en un ambiente festivo, educativo y saludable, como marca el espíritu del Babybasket.
«Esto no es solo un evento, es la base de toda una pirámide», destacó Santos Moraga, presidente de la FBM. “Aquí es donde nacen los futuros jugadores, pero, sobre todo, donde los más pequeños aprenden a amar el baloncesto, a hacer ejercicio y a convivir”. Moraga agradeció al Ayuntamiento de Coslada su colaboración y el compromiso constante del Club Baloncesto Coslada, anfitrión del evento desde su primera edición.
Demetrio Pintado, presidente del CB Coslada, expresó su satisfacción por una década de implicación con el Babybasket: “Esta fiesta representa los valores que defendemos: inclusión, deporte de base y formación. Nuestro club cumple 50 años la próxima temporada y no hay mejor forma de celebrarlo que acogiendo este tipo de eventos”.
Por su parte, el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Coslada, Luis Arteaga, subrayó el valor social de la jornada: “Casi 14.000 personas practican deporte semanalmente en nuestra ciudad, y ver a tantos niños y niñas pasarlo bien, junto con el entusiasmo de sus familias, demuestra que estamos en el camino correcto. El deporte es futuro, y hoy ese futuro empieza aquí”.
Durante seis turnos consecutivos, con más de 1.150 participantes distribuidos en decenas de equipos, el polideportivo vivió un auténtico maratón de partidos y sonrisas. Desde clubes históricos hasta nuevas escuelas deportivas, todos compartieron el mismo objetivo: disfrutar del baloncesto. Al finalizar, cada niño y niña se llevó a casa un balón… y muchas ganas de volver.